El pasado Viernes 05 de agosto se esperaba replicar el éxito alcanzado el año 2010 en la convocatoria de
"Mil grullas por la paz" y llegar a la meta de 200.000 grullas que lucirían colgadas en los árboles del Parque Italia, sin embargo, las manifestaciones y disturbios producidos el día anterior, la presencia en el ambiente de residuos de gases lacrimógenos y la posibilidad de nuevas manifestaciones obligó a suspender esta actividad organizada por tercer año consecutivo por Origami Chile y la Municipalidad de Valparaíso, y cuyo propósito es participar de la conmemoración del Día Internacional por La Paz.
Este año por primera vez nuestro establecimiento fue invitado a participar de esta actividad, y es así como nos comprometimos con 1000 grullas, tarea asignada al 2° Básico, los pequeños recibieron ayuda de apoderados y alumnos de cursos superiores, destacando de sobremanera la apoderada de 2° básico, Jocelyn Zamora y su familia, quien enseñó tanto al docente como apoderados y niños a hacer las grullas de papel, además de 12 alumnos y alumnas del 7° A, quienes aportaron la mitad de grullas de papel.
Lamentablemente, la actividad que debería concretarse el día viernes en el parque Italia, y mientras los alumnos y alumnas ya estaban dispuestos para asistir, se nos informó de la suspensión del evento por razones de seguridad perfectamente atendibles y entendibles, quedando postergada la convocatoria, en principio para el mes de octubre.
La tradición de las “Grullas por la Paz” se adoptó desde Japón, país donde cada 6 de agosto, se recuerda a las personas que perdieron su vida durante el ataque atómico estadounidense a Hiroshima
, honrando sus monumentos con grullas que llevan sus deseos de paz, y esto, a su vez motivado por la historia de Sadako Sasaki, de la cual te podemos contar lo siguiente:
Hace ya 56 años que ocurrió lo que te vamos a contar.Fue después de la bomba atómica sobre Hiroshima, al final de la Segunda Guerra Mundial. Seguro que has oído hablar de esta tragedia y de sus horribles consecuencias para la salud de los pocos que sobrevivieron, ¿verdad?Pues pasó que Sadako Sasaki fue una de las niñas que no murió el día de la explosión, pero sí que enfermó de mucha gravedad – sufrió una leucemia- poco después, con 11 años, por la radiación atómica.
Cuando supo que estaba enferma, una amiga suya intentó animarla y le contó la tradición de las 1000 grullas de papel – hacer figuritas de papel es una tradición japonesa la tecnica se llama Origami y se conoce ya en casi todas partes del mundo-.
La tradición japonesa dice que– le contó a Sadako su amiga- “concederán un deseo a aquél que consiga doblar 1000 grullas de papel como recompensa por el esfuerzo y la concentración que hacen falta para lograrlo.Este trabajo se llama el Senbazuru”.
Entonces, su amiga hizo una grulla de origami y se la dio a Sadaho. “Aquí está tu primera grulla”. Y le deseó que se cumpliera su deseo, curarse de su enfermedad.
Sadako empezó a doblar grullas, una tras otra, intentando conseguir su deseo de curarse mágicamente.
Pero por desgracia, no lo logró.
Murió en 1955 con 644 grullas revoloteando a su alrededor.
Conmovidos, sus amigos y compañeros de la escuela se propusieron terminar de plegar las mil grullas como un homenaje a su dedicación, y volverlas a plegar cada año para recordarla.
Así, se propusieron también contarles a otros niños de Japón y del mundo cual había sido su historia y la de tantos niños, que como ella, no pudieron sobrevivir a la bomba atómica.
Para que está historia estuviera presente todos los días, se propusieron hacer un monumento, una estatua de Sadako con una grulla que hoy está en el Parque de la Paz de Hiroshima.
Bajo ella está escrito:
“Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria: paz en el mundo”.
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas y el origami se convirtieron en símbolos de Paz, del rechazo a la guerra.
En 1949, el gobierno japonés nombró a Hiroshima santuario internacional de la paz, y desde hace algunos años, gente de todo el mundo se une simbólicamente a ellos plegando mil papeles en forma de grullas y aportando su propio esfuerzo para avanzar hacia un mundo sin guerra.
En fin, hemos decidido seguir construyendo grullas para duplicar y talvez triplicar la cantidad con la que nos comprometimos, como una forma de ratificar el compromiso del Colegio San Damián con la PAZ y el rechazo a todo tipo de violencia, pues como diría Mohandas Karamchand Gandhi “No hay caminos para la paz; la paz es el camino”.
En aquel Niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre, es Dios que viene a visitarnos para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. (Juan Pablo II)
